Desde hace muchos años siempre se ha pensado en que la rentabilidad de las vacas era bastante buena, pero echando las cuentas como lo hemos hecho en este blog algunas veces demuestra que no es tan rentable el ganado vacuno. Optar a un precio de un máximo de seiscientos euros por vaca como mucho al año con unos gastos fijos que rondan mas de la mitad de la producción hace pensar que el negocio baja la rentabilidad. Sin embargo en estos últimos años las calificaciones de las explotaciones hacen que la rentabilidad llegue a su punto negativo, bajando el precio máximo de un ternero doscientos euros, lo que puede llegar a incluso perdidas en una ganadería mas gestionada. Las actuaciones veterinarias por parte del estado hacen que el gasto aumente y que el ganadero cambie a un ganado quizás con menos gastos y menos latoso.
Hablamos de las ovejas, ese rumiante que produce una media de tres borregos cada dos años y que el consumo de alimentos proporcionados se reduce con respecto al ganado bovino. Es un animal que con menos tiempo ya come de la producción de la naturaleza y aunque se necesitarían de seis a ocho borregos al año para igualar a la producción máxima de una vaca, los gastos son menores. El numero de animales es mayor por explotación, lo que aumenta los beneficios ya que una oveja produce borrego y medio al año, lo que echando la cuenta con cuatro ovejas tenemos una vaca.
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